lunes, 22 de noviembre de 2021

TORTILLA DE PATATES

Me viene a la memoria ésta receta que, sin ninguna duda no podré olvidar jamás. Allá por el año 68, la mayoría de los jóvenes no teníamos las aficiones y nuevos hábitos que se practican hoy en día. Los botellones eran algo desconocido y nos reuníamos para disfrutar de una tarde de verano de una forma divertida y gastronómica. En Avilés, concretamente, entrado el atardecer era bastante probable que las pandillas de amigos en el ocaso del fin de semana nos juntásemos en un merendero bastante concurrido en aquella época llamado Las Cuevas de San José.

Su fácil acceso, diseño de las cuevas y sus viandas eran asequibles a nuestros bolsillos y chicos, chicas, parejas y también familias enteras terminaban la semana saboreando variedad de viandas de diferentes colores y gustos.

La sidra, recién escanciada, no paraba de viajar en su cristalino vaso a través de las manos en aquellas largas mesas de madera. Los platos puestos, servilletas y cestos llenos de pan de hogaza intuían lo que venía después. Desde unas hermosas sardinas a la brasa, pasando por las costillas y terminando con una hermosa tortilla hacían relamerse los labios y chuparse al que otro dedo de la mano. Durante la merienda se oían chistes, aventuras, proyectos y algún que otro guiño de ojo y melancólicas palabras a la que tenias a tú derecha o enfrente.

Para mí, lo más sabroso siempre era la tortilla, pues recién hecha y tan enorme para seis u ocho personas desaparecía en un santiamén. Fui un pesado, en cada visita y posiblemente aburrí aquella buena señora que nos servía para que me facilitase la receta. Un buen día me presentó a la cocinera y mi sorpresa es que me dejó asistir a su lado con todo tipo de explicaciones para elaborar aquel rico manjar. De la misma manera, yo os la voy a transmitir para que no se pierda en el olvido.

Ingredientes:

  • 4 Huevos de aldea
  • 1 Kg de patatas fariñonas
  • 1/2 Cebolla
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal
  • 2 Sartenes

Se lavan las patatas y después las pelamos con con el pelador y las ponemos en un bol y las volvemos a lavar muy bien después de peladas. Comenzamos a cortarlas con un cuchillo bien afilado empezando por un extremo y formando una especie de pirámide fina. Seguimos rebajando por el contorno e intentamos que sean todas de un tamaño parecido. Una vez todas cortadas, las dejamos en el bol y les añadimos un poco de sal. Posteriormente picamos muy fina la cebolla y la dejamos aparte.

En otro bol, echamos los cuatro huevos y una pizca de sal, los batimos hasta ver bien la mezcla de la clara con la yema. Una vez batidos lo apartamos.

Ponemos la sartén grande en el fuego a mitad de potencia, añadimos el aceite y una vez caliente añadimos las patatas. Les vamos dando vuelta con una cuchara de madera y esperamos unos cuatro minutos. Pasado este tiempo añadimos la cebolla, revolvemos todo y esperamos que se cueza lentamente hasta que ya se note que están a punto. No dejemos que se peguen unas con otras y finalmente se pone el fuego a más temperatura para que se doren un poco por el exterior y blandas por dentro. 

Colamos todas la mezcla eliminando el máximo de aceite, y las vamos echando en el bol de los huevos. Lo revolvemos todo bien y lo dejamos todo junto unos dos minutos. Cogemos una sartén más pequeña que la anterior, le añadimos un poco de aceite de haber realizado la fritura y la ponemos a calentar a media temperatura. Es muy importante calentar primero la sartén y luego añadir el aceite.

Una vez caliente añadimos la mezcla de los huevos con las patatas y aplanamos con la espumadera. Vamos moviendo la sartén de vez en cuando para que no se pegue y con un tenedor vemos el momento de dar la vuelta a la tortilla. Para ello cogemos un plato llano superior en diámetro a la sartén, lo ponemos como una tapa pero con el interior hacia dentro y sujetándolo con una mano y la otra sujetando el mango de la sartén hacemos un giro rápido y posteriormente la volvemos a la sartén. Dejamos que se haga por esa cara modelando el contorno de la tortilla con un tenedor o la espumadera. Se puede realizar esta operación más de una vez si vemos que no se ha terminado de hacer. El resultado final, es ponerla en un plato llano con un color dorado exteriormente y un poco jugosa por su interior.

Buen provecho  







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