Desde muy joven aprecio con
esmero un alimento simple llamado pan. En mis incontables paseos por el
corredor ibérico Cantábrico Mediterráneo y viceversa, no hay pueblo en el que
paraba con el único objetivo de probar su calidad del pan. Así que, al llegar
preguntaba por la mejor panadería y saciaba mis deseos por degustar tal manjar.
La variedad es tanta que en cada comunidad degustas múltiples diferencias muy
difícil de decidir cual es el mejor. Hay costumbres que antes de cortarlo con
navaja o cuchillo, se hace la señal de la cruz con el utensilio, y por supuesto
nunca debe deshacerse de él aunque tenga ya unos días. Las tradicionales torrijas
cuyo ingrediente principal es el pan, se consumen todo el año, pero es un
postre tradicional de la Semana Santa.
Ingredientes:
- Pan del día anterior
- Leche
- Canela
- Huevos
- Azúcar molida y en rama
- Miel de romero
- Natillas
- Aceite de oliva
Las cantidades van en función de la cantidad de
torrijas que vayas a elaborar. Primero se hierve la leche con azúcar y una rama de canela y
la colocamos en un recipiente plano. Cortamos el pan en rodajas de unos dos centímetros
de grosor y las vamos empapando el la leche. A continuación batimos los huevos y
rebozamos las torrijas, las cuales freímos en una sartén con el aceite bastante
caliente. A continuación preparamos una bandeja donde colocamos de fondo las
natillas (pueden ser ya compradas hechas, o hacerlas nosotros) y se van echando
encima las torrijas fritas las cuales echamos por encima una mezcla de azúcar más canela molida y finalmente un poco de miel de romero. Ya están listas para comer.
Buen provecho