Allá
por los años 80, en casa de mis padres en Salinas, se celebraba la costera del
bonito con una suculenta parrillada de hermosas rajas de tan apreciado túnido
que, unido a los variados entrantes que aportaban los vecinos éramos el
atractivo de los que por aquella calle transitaban.
Uno de los comensales llamado
Ramón y natural de la Rioja que pasaba sus vacaciones en ese acogedor pueblo
costero, aportó una cazuela de barro con unos apetecibles chorizos caseros
naturales de su tierra. Tardé un minuto en poder sonsacarle la extraordinaria
receta, y desde entonces la sigo divulgando pues merece la pena su sencillez, extraordinario sabor y rapidez de elaboración.
Ingredientes:
- Una cazuela de barro de unos 20 cm
- 3 ó 4 chorizos curados de buena calidad
- Una copa de buen Brandy
Para
su sencilla elaboración, se cortan los chorizos en rodajas no muy finas y
se colocan ordenadas en la cazuela de barro. Se les echa la copa de Brandy y se
pone al fuego. Cuando el Brandy comience a soltar vapor y hervir, se prende fuego
con una cerilla y comenzará a quemar el alcohol. Tener cuidado con la campana y
apagarla si la tenéis encendida. Si es por la noche, yo siempre apago la luz
para disfrutar de tal efecto. Una vez que se apaga el fuego, dejar cocer durante
un minuto más. Ya están. Servir a la mesa directamente sin que se enfríen.
Buen Provecho
Miguel Sánchez del Río Gonzalez-Anleo
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